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Una nueva mentalidad
para un nuevo modelo de negocio

Una nueva mentalidad<br> para un nuevo modelo de negocio
Para hacer crecer su negocio, es necesario que el peluquero se abra a un cambio de mentalidad profundo. Lelio Lele Canavero, empresario y formador en el sector de peluquería y belleza, explica cuáles son los grandes pasos para dirigirse hacia el éxito.

"El peluquero debe darse cuenta de que su trabajo ya no se limita a cortar, peinar y colorear, en el mercadeo de la belleza es necesario un cambio de mentalidad, se debe prestar la máxima atención a los clientes y aprender a distinguirse de sus competidores". Esta es la primera gran sugerencia que Lelio Lele Canavero da a la categoría de los estilistas peluqueros, a la que se dedica con una intensa actividad de entrenamiento. Gracias a una larga experiencia profesional junto a ellos, ha desarrollado su propio método de formación empresarial dirigido a aquellos profesionales que quieren marcar la diferencia. "El peluquero piensa que la diferencia consiste en la habilidad en un campo en lugar de otro" continúa Canavero "el peinado, el color, el corte, el tratamiento ... En realidad, es algo que concierne a toda la actividad. Los dos pilares que un peluquero debe tener en cuenta hoy son:

  • pasar del todo para todos a algo para alguien, conociendo muy bien a sus clientes;
  • dejar de hacer descuentos a extraños porque, aunque pueda parecer la panacea o la única estrategia a implementar, es la última: el descuento es una técnica para premiar la lealtad; jamás de conquista, porque el cliente se irá tan pronto como encuentre quien hace un descuento mayor. En vez debe ser elegido en virtud de otros valores: originalidad y exclusividad, creando su propia combinación que satisfaga a los clientes de una manera única ".
¿Cuáles son los consejos prácticos para un salón pequeño que no puede permitirse grandes inversiones?
Lo que importa es convertirse en una excelencia en el sector al que se pertenece. Debemos salir de la lógica del pequeño salón que no funciona. Es el salón pequeño con precios pequeños lo que no funciona. De Messina a Aosta, sigo actividades que son de tamaño modesto, pero sin embargo realizan números importantes porque han sabido diferenciarse de la competencia. Han podido crear una experiencia exclusiva que supera las expectativas del cliente y, en consecuencia, aumenta el boca a boca entre clientes. Además, es importante dejar de pensar que el marketing web exista: existe el mercadeo y la web le permite al peluquero ponerlo en práctica muy bien. En realidad, debemos trabajar sobre dos frentes: uno está en línea, con la web, Google, redes sociales y el otro está fuera de línea, con eventos, relaciones públicas y la actividad que se lleva a cabo en el territorio. En cambio, el peluquero a menudo busca el atajo, invierte en Facebook o en el posicionamiento en los buscadores cuando en realidad debería haberse distinguido de la competencia y elegido una clientela precisa. El enfoque que sugiero resulta ser también una excelente manera de reducir el presupuesto de inversión, porque una cosa es comunicar a todos y otra es comunicar de manera específica. Gracias a esta estrategia, el pequeño salón logra alcanzar resultados extraordinarios tanto como el gran salón.

Cómo ha cambiado el mercadeo de la peluquería a lo largo del tiempo?
Siguió tres fases: la primera fue una en la que el mercadeo no hacía falta, el salón se llenaba simplemente a la hora de abrir sus puertas. Esta es la razón por la que muchas empresas cierran hoy en día. Hasta hace diez años, el mercadeo era superfluo, los buenos peluqueros eran pocos, hoy el problema radica no solo en el aumento del número de peluqueros, sino también en el aumento de los buenos peluqueros. Luego, el mercadeo pasó a la fase de publicidad clásica, sin objetivos específicos, se centraba en un medio único: TV, radio, prensa ... Hoy, en cambio, el mercadeo está integrado y da prioridad absoluta a las relaciones públicas: El peluquero debe supervisar el área de origen de sus clientes, tanto en línea como fuera de ella. Se redescubren valores de mercadeo ya conocidos como las relaciones públicas, las colaboraciones en el territorio. El mayor error es pensar que el mercadeo se está moviendo en la web: hoy las relaciones son más importantes, la web es una herramienta que ayuda a crear una imagen atractiva y original.

¿Podemos hablar de mercadeo relacional incluso en el mundo del peluquero?
He desarrollado un sistema diseñado específicamente para peluqueros, definido como mercadeo progresivo, que se desarrolla por pasos. Las relaciones y la capacidad de explotar la figura del propietario y la imagen del salón son una parte importante de este sistema. El peluquero debe aprender a hacer un peinado de menos y un aperitivo de más, porque con un aperitivo podrá hacer muchos peinados, pero si se aísla en su salón, falta la dinámica que hace crecer su autoridad. El verdadero enemigo del peluquero no es la crisis, sino el anonimato.

¿Cuál es la dificultad, la mayor resistencia para cambiar el enfoque?
Mi respuesta es drástica y provocativa: el mayor problema del peluquero es el peluquero. El cambio de mentalidad es fundamental, los peluqueros deben dejar de pensar en el escaparate del Día de la Mujer y comenzar a pensar a largo plazo y en objetivos precisos, deben dejar de pensar que la diferencia radica en la habilidad porque, con la misma capacidad, gana quien lo comunica mejor. Debemos instarles a que dejen de sentirse víctimas de las circunstancias (abusividad, chinos, crisis, impuestos): el mercado nunca es tan meritocrático hoy en día, cuando la mentalidad empresarial evoluciona, un peluquero talentoso realmente da un salto cualitativo.